Otro año más, los compostelanos tiran de paciencia al levantarse cada mañana y mirar hacia el cielo: la lluvia sigue siendo la tónica general cuando ya hace más de 20 días que entró la primavera.
Días grises y humedos, llenos de frío, en los que no apetece otra cosa que quedarse en casa viendo la televisión o leyendo debajo de una buena manta y con una bebida caliente en la mano: eso es lo que nos espera aún durante unos días según dicen…
Como bien saben todos los conocedores de nuestra querida Compostela, el frío es uno de sus inconvenientes y es precisamente en invierno cuando más se percibe esta característica de la capital gallega, algo que los habitantes tratan de solucionar como buenamente pueden.
El primer paso par solucionarlo es vestirse con prendas de abrigo y más gruesas de lo habitual… pero no siempre es suficiente.
Lo malo de Compostela es que pese al frío y a la lluvia, aspectos negativos del invierno para la gran mayoría… nunca o casi nunca nieva, algo que está considerado por casi todos como algo verdaderamente divertido.
Pocas veces lo hemos visto… y las veces que ha nevado… no ha cuajado, con lo que las clásicas peleas de bolas o los míticos muñecos de nieve no han tenido lugar en nuestra ciudad, algo que realmente fastidia a muchos, especialmente a los más pequeños, a los que simpre hace una ilusión extra este tipo de cosas.
El invierno no está teniendo piedad de los santiagueses, y es que Compostela, como de costumbre se está viendo sumida en un invierno lleno de frío y de lluvia, lo que es ya todo un clásico en la capital de Galicia.
Por ello no es de extrañar ver las calles atestadas de paraguas y a los ciudadanos con botas impermeables y todo tipo de capuchas o impermeables que eviten las mojaduras dentro de lo posible, ya que esa es una de las principales causas de las gripes, los resfriados y los dolores de garganta, enfermedades todas ellas que están muy a la orden del día en nuestra ciudad, en la que la mayoría de habitantes las tiene un par de veces al año… como mínimo.
Si nos atenemos a lo visto hasta ahora ya podemos hacernos una idea de como será la navidad en Compostela: llena de lluvia y muy fria.
Y es que cuando faltan escasos días para la nochebuena, llevamos ya varios días en que las calles están completamente mojadas y que desde las ventanas no se ve otra cosa que cientos de paraguas abiertos (lo peor será a medida que se acerquen las compras y las calles estén atestadas de paraguas y bolsas).