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Etiquetas: censados, coches, Compostela
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Entrando definitivamente en fase de desarrollo, la construcción del túnel de Galuresa condiciona desde esta mañana el tránsito rodado dentro de la ciudad. Por ahora, las restricciones se limitan al tramo de periférico comprendido entre el semáforo del Hórreo y la rotonda de la famosa gasolinera, de unos 375 metros de longitud. Y afectan solo a una de las dos calzadas de la carretera: la habilitada para circular en sentido Fontiñas-Conxo, cuyo ancho habitual, de tres carriles, ha quedado reducido a uno. Sus intersecciones con Santiago León de Caracas, San Pedro de Mezonzo y Fernando III, no obstante, continúan operativas. Así que, de forma directa, las obras alteran las rutinas de un mínimo de 26.855 automovilistas, pues son los que, según la última medición realizada por el Concello, suelen atravesar a diario la zona crítica. Dentro de unas semanas -aún no se sabe cuántas con exactitud- el grupo de perjudicados aumentará hasta los 50.000, grosso modo.
Coincidiendo con el inicio de los cortes en la principal arteria de la capital, el Ayuntamiento ha optado por duplicar la capacidad del corredor Sar-Pontepedriña. Eliminadas las áreas de estacionamiento, suprimidos los arcenes, repintadas las líneas en amarillo y retirado el mobiliario urbano, provisionalmente funcionará como vial de cuatro carriles, un par reservados para los vehículos que salgan del centro y otros tantos destinados a aquellos que accedan al Ensanche. El gobierno municipal, a través de su edil Bernardino Rama (PSOE), recomienda a la población que emplee la remodelada infraestructura para esquivar el probable caos del Hórreo.
Asimismo, el socialista prescribe el uso de una segunda alternativa: el trecho sin peaje de la autopista del Atlántico, del punto 67 al 75,5. «Agora máis que nunca, a AP-9 debería empregarse como a gran circunvalación de Santiago», manifestó ayer el citado concejal. A mayores, su colega de Mobilidade, Marta Álvarez-Santullano, ha difundido instrucciones entre los agentes de la policía local al objeto de que, como poco en horas puntas, varios de ellos se desplieguen en torno al futuro subterráneo de Galuresa e intenten regular el tráfico de la manera más oportuna posible. Con todo, la propia edila había asumido en público este sábado: «Non vai ser fluído. [...] Haberá atascos».
El Ministerio de Fomento, organismo que promueve de esta aguardada actuación, pretende restablecer la normalidad en la superficie de la avenida de Lugo a lo largo de la primavera del 2010 e inaugurar el paso bajo tierra hacia finales del Xacobeo.
Fuente: La Voz de Galicia.