No hay más que ir con los cinco sentidos por la calle para escuchar conversaciones y ver ciertas cosas que denotan que muchos de los ciudadanos compostelanos tienen que
hacer cuentas y
ajustar presupuestos para poder llegar a fin de mes, y otros, aunque algo más holgados, tampoco van sobrados en exceso y no están dispuestos a tirar el dinero.
El boca a boca en la ciudad es uno de los factores clave para difundir aquellos lugares, ya sea en lo relativo al ocio o a las compras, que permiten
ahorrar algo de dinero: "He oído que en tal sitio tienen rebajada la fruta", "He comido bien en este restaurante y el precio no era para nada excesivo". En la parada del bus, en la cola del súper, en las cafeterías... cada vez se escuchan más este tipo de conversaciones que delatan no solo el afán por no despilfarrar, sino la intención de compartir sus hallazgos con los más cercanos, a los que viendo como están las cosas a buen seguro les vendrá bien también ahorrar un poco.