De cómo a veces el paraguas moja en Compostela…
El propio nombre del objeto indica la que en teoría debería de ser su utilidad: parar el agua.
Sin embargo los paraguas no siempre son una garantía de llegar a casa seco sino que a veces son el mejor aliado del temporal para hacer que uno arribe a su destino hecho unos zorros y empapado en cada centímetro cuadrado de su ropa.
La culpa se la deben de repartir a medias dos de las herramientas del clima para fastidiar a los transeúntes como son el viento y la lluvia.
Y es que si vienes a vivir a Compostela o a pasar unos días has de saber una cosa: llevar paraguas en nuestra ciudad puede hacer que te mojes más de lo previsto.
El viento te integrará rápidamente en la ciudad (en eso no hace distinciones) y al igual que al resto de incautos que salen con uno de estos artilugios a las calles te ocurrirá lo mismo: se te doblarán las varillas, te retorcerás sobre ti mismo tratando de arreglar el estropicio y cuando te des cuenta estarás como si acabases de salir de la ducha.
Advertidos estáis, mejor sin paraguas que calado hasta las trancas.
Más información – La lluvia causa inundaciones en Santiago
Foto – Descubriendo Escocia
Te puede interesar