Lo cierto es que las cosas no están demasiado bien en el panorama mundial, ni mucho menos nacional, aunque de momento (cosa extraña si vemos como marcha todo), no está habiendo que lamentar demasiados incidentes en las ciudades pequeñas como Santiago de Compostela, y si bien es cierto que los
robos están aumentando ligeramente en los últimos tiempos, no se puede hablar siquiera de oleada de hurtos.
No obstante, desde hace algún tiempo, muchos santiagueses han creído conveniente colocar
alarmas y otros sistemas de seguridad tanto en sus casas como en sus negocios (en el barrio de Conxo ya ha habido un par de robos menos de un años...) para que nadie se pueda colar para llevarse lo que no es suyo.