El divorcio exprés dispara a más de 400 las parejas rotas en un año
Las estadísticas reflejan, ahora más que nunca, que el matrimonio ya no es para siempre. El divorcio exprés marcó un antes y un después en el número de rupturas conyugales. Y es que si en Compostela en 2004 se solicitaron en los juzgados de la ciudad 156 divorcios, un año después el número se duplicó, con 305 –año de la reforma del Código Civil, facilitando las disoluciones sin necesidad de una separación–. A raíz de ahí, las cifras siguen en ascenso, con 313 divorcios en 2006.
Pero el auge de las disoluciones matrimoniales no para. Y es que según los últimos datos de la estadística del Consejo General del Poder Judicial, en 2007 hubo 407 divorcios, a los que hay que sumar 26 separaciones y una nulidad eclesiástica. Un año antes, las cifras eran menos abultadas, con 313 divorcios y 22 separaciones.
Detrás de la frialdad de las cifras hay todo un mundo de circunstancias que llevan a que una pareja decida romper por lo sano. El catedrático de Psicología de la Universidade de Santiago, Gonzalo Serrano, señaló a este diario que las causas más frecuentes en un divorcio son el desamor y el hartazgo. «Todavía son muchos los que aguantan el tipo hasta que ya no pueden más. Es cuando se producen las rupturas más conflictivas, porque ya ni se quieren ver el uno al otro, tras un período largo de una mala convivencia».
En cuanto a la infidelidad, el psicólogo de la USC descarta que «sea uno de los componentes que jueguen un papel básico en las rupturas. Sí es un motivo, pero unido casi siempre a otros».
Este experto es el coordinador de un modelo pionero en España que tiene como fin abordar con «eficacia» la mediación en las rupturas de pareja. Para ello, el equipo liderado por el profesor Serrano ha peinado más de dos mil casos con el objetivo de que las separaciones «sean lo menos traumáticas y conflictivas posible. Ahí tendrá un papel fundamental el mediador, sin olvidar el interés de las dos partes en acabar su matrimonio de la mejor manera posible».
Para Serrano, «si las parejas se separasen de forma civilizada, pasando por la mediación y sin necesidad de vistas orales, la Justicia se ahorraría un 30% de casos».
Fuente: El Correo Gallego.
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