En los últimos días, especialmente ayer miércoles, se ha producido algo que pocas veces ven los santiagueses, y si bien no ha sido en exceso, podemos afirmar que hemos amanecido con algunos tejados nevados.
La parte de arriba de los coches, daba testimonio de lo sucedido a los menos madrugadores, pero los que por suerte tuvimos la fortuna de estar despiertos entre las ocho de la mañana y las nueve, pudimos tocar con nuestras propias manos los pequeños pero hermosos copos que caían desde el cielo.