Una empresa de Santiago impulsa un parque de aventuras en Portugal
Todo negocio es una aventura, pero solo algunas aventuras pueden llegar a convertirse en un buen negocio. Con estos dos parámetros se mueve Juan Carlos Rodríguez Neira, un compostelano con larga experiencia en las actividades de tiempo libre, que ha fundado una empresa que en poco tiempo ha pasado de organizar modestos eventos vinculados al turismo activo y de naturaleza en diferentes enclaves gallegos a montar un parque de ocio en Boticas (Portugal), muy cerca de la frontera con Ourense.
El proyecto, cuyo coste aproximado ronda los dos millones de euros, está financiado por la Unión Europea y ha sido adjudicado a Itineris, una empresa con sede en el polígono del Tambre que nació con el objetivo de ofrecer servicios turísticos y de ocio a través de la aventura y la actividad en entornos naturales. En los últimos años su negocio se concentró en actividades en espacios naturales de Brión, Vilalba, Guitiriz, Palas de Rei y Moaña. Ahora, da un importante paso al asumir la construcción y gestión de un parque de aventuras que se llamará A botica do lecer que podría servir de modelo para futuros proyectos.
Las actividades que se van a poder practicar en el entorno natural escogido definen el parque por tierra, agua y aire: paintball, rutas con todoterrenos, escalada en roca y rocódromo, circuitos de puentes, tiro con arco o actividades como orientación, minigolf, karting o rutas en bicicletas de montaña. Ya en el agua, se podrá hacer barranquismo, rafting, navegación en kayak, kitesurf y windsurf. También se podrá subir en globo aerostático, ultraligero, parapente y paramotor, así como otras actividades más tradicionales que se podrán desarrollar en piscinas exteriores y cubiertas, un pabellón polideportivo y un campo de fútbol.
Desde Itineris explican que el perfil de cliente que esperan recibir en estas instalaciones será variado pero «mayoritariamente joven», y estarán abiertos a grupos de empresas o colectivos que quieran utilizar el parque para celebrar una jornada de convivencia, sin descuidar los aspectos lúdicos que quieran desarrollar los centros educativos que lo soliciten.
El diseño del parque ha tenido como premisa minimizar el impacto ambiental, intentando integrar las actividades y atracciones en su entorno natural. Todos los elementos son removibles, con unas estructuras fijas que se han construido de manera que en el futuro se puedan retirar sin dejar huella en el entorno. Según explica Rodríguez Neira, el 90% de las actividades no consumen energía, y del 10% restante la mitad se genera en el propio parque y la demás procede de hidrocarburos.
El negocio, que abrirá sus puertas en el 2009, tendrá precios asequibles y facilitará el alojamiento en la zona.
Fuente: La Voz de Galicia.
Te puede interesar
Una de las cosas que me parecen más destacables de este proyecto es el concepto de Deporte para Todos.
A la hora de diseñar el parque A Botica do Lazer se ha intentado mantener el carácter de parque de aventura de las instalaciones, evitando un exceso de proteccionismo. En aquellas actividades en las que ha sido necesario, como en el caso de las Torres Multiaventura o el Globo, se han incorporado estructuras que faciliten la movilidad y el acceso de personas con movilidad reducida o nula (e incluso en este caso se ha pretendido que sean lo más autónomos posible y que puedan disfrutar del espíritu de aventura. Por ejemplo, el acceso a los campos de juego se hace en Quad, no en silla de ruedas).
También se han dotado recursos para facilitar el disfrute del parque por parte de personas con discapacidad psíquica y/o sensorial. En otros casos, los especialistas de Itineris han considerado más oportuno no adaptar el entorno físico y sí crear medidas de apoyo para que cualquier persona, independientemente de sus características físico-psíquico-sensoriales pueda disfrutar de todos los servicios del parque.
La integración funcional es importante para que las personas con minusvalías no solo puedan estar, sino también interactuar. No hay ningún motivo por el que se les deba convertir en seres dependientes, institucionalizados y limitados, que sólo hacen lo que alguien les permite hacer, y para eso siempre con ayuda de terceros.
La integración cultural se refiere al hecho de que las personas con minusvalía también pueden y deben participar de la vida cultural de su sociedad y de los entornos en que se hallan, y no sólo como consumidores, sino también como creadores activos de cultura, significados y grupo.
Es simpático como una persona que no ha participado en la creación del proyecto puede intentar defenderlo en cualquier foro. De las personas que aparecen en la foto de esta noticia solo Juan Carlos ha tenido que ver algo con «A botica do Lazer», siendo otros empleados los que lo han ayudado y han hecho posible que este parque se convierta en una realidad.
Por otro lado, es muy bonito publicitar una actividad así y de este modo, pero non nos debemos olvidar que Iter Itineris S.L tiene una denuncia por parte de la CNT por explotación de trabajadores y no pagar, aunque no es necesario recurrir a la CNT, podriamos preguntarle al 100% de los empleados que han pasado por Itineris hasta este momento.