
Una de las cosas más graciosas que ocurren en los bares de la ciudad de Santiago de Compostela es observar la cara de recelo que ponen los turistas cuando entran a un bar y tras haber pedido una consumición, el camarero les pone encima de la mesa una tapa.
Ellos no sabe si comerla o no dado que no la han pedido y temen que al comerla se les cobre, ya que no en todos los sitios se ofrecen tapas gratis, ni mucho menos tapas del nivel y de la cantidad de la que en la capital gallega hacemos gala.
Por ello los turistas temen que sea una manera de «hacer picar a los guiris», e incluso algunos de ellos llegan a recordar al camarero que ellos no han pedido nada de comer, ante lo cual suele venir una pequeña sonrisa y una explicación acerca de la hospitalidad y generosidad de (casi) todos los hosteleros de la ciudad.
Así que ya lo sabéis turistas. ¡No tengáis miedo e hincad el diente a lo que se os ponga por delante: si no lo habéis pedido nadie os lo cobrará, se trata de una manera de agasajar a los clientes!
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Foto – La hora de la tapa