Las cadenas de supermercados arrasan en la mayoría de ciudades y en Compostela también es así. Sin embargo un tipo de establecimiento esencial en Santiago ha sabido convivir con el auge de los supermercados que empezó ya hace mucho logrando llegar vivo hasta nuestros días: se trata de los
ultramarinos, esas tiendas en las que hay un poco de todo y se conoce a los clientes.
Es precisamente el
trato cercano lo que los ha convertido en lo que son, lugares que resisten gracias al encanto especial que tienen para con las personas que compran allí y a las que en muchas ocasiones se ha favorecido permitiéndoles dejar a deber en épocas de vacas flacas (como las de ahora), por lo que muchos se resisten a cambiarse a un súper por muchas
ofertas que estos puedan permitirse al vender en serie.