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Algo está cambiado en la capital del Sar. Frente a los años de destrucción patrimonial y de expolio, Padrón ha empezado a dar un giro y a acercarse un poco más a su pasado glorioso. Un nuevo paso en la recuperación de su patrimonio histórico ha cuajado a lo largo de la pasada semana, después de indagaciones y negociaciones fructíferas. Así, y dentro de la puesta en valor del conjunto del Santiaguiño do Monte que pretende llevar a cabo el Concello de cara al Año Santo 2010, la generosidad de una familia padronesa cuyos antepasados estuvieron ligados al impulso de este escenario xacobeo, ha permitido recuperado para disfrute público tres elementos importantes de la imaginería religiosa padronesa pertenecientes al antiguo retablo de la ermita del Santiaguiño, ubicada en el legendario monte San Gregorio (conocido como Santiaguiño do Monte).
Se trata de dos imágenes sacras y una tabla con una singular composición, que formó parte en algún momento de la ermita, pero de la que no se tenía constancia documental. Las figuras, que necesitan de una restauración urgente (especialmente la tabla), podrían fecharse entre los siglos XVI y XVII. Si bien este punto tendrá que ser estudiado por especialistas en la materia. Todas ellas desaparecieron de su emplazamiento original hace más de sesenta años (la última reforma de la ermita fue en 1960). De hecho, algunos octogenarios del municipio recuerdan estas figuras situadas a ambos lados de la imagen del Apóstol en la ermita.
Las gestiones para su recuperación fueron realizadas por el párroco de la iglesia de Santiago, Roberto Martínez, y el teniente de alcalde y edil de Cultura, Eloy Rodríguez. Las figuras estaban en posesión de la familia San Martín, que "las tenía en depósito y las donó generosamente".
La imagen de San Gregorio Magno (que da nombre al monte) y la de San Sebastián (más antigua y tosca que la primera) formaron parte del primitivo retablo. Ambas son tallas de madera de autor desconocido, y presentan ataques de polilla y de carcoma. Quizá fue este ataque, unido a la humedad, el que dio al traste con el antiguo retablo de la ermita del Santiaguiño. La segunda de las tallas, el San Sebastián (única imagen dedicada a este santo en Padrón), formaba probablemente parte de una donación hecha por el obispo de Quito, el padronés Alonso de la Peña y Montenegro (1596-1688).
De todo el conjunto destaca la composición de la tabla (que necesita una actuación urgente). De cronología indeterminada por el momento, representa al Apóstol sobre una roca (quizá una de las peñas del Santiaguiño) bautizando a un curioso personaje (podría ser una mujer por la vestimenta y el exagerado pendiente, pero la especie de casco, el pelo ralo y la rudeza de sus facciones hace presuponer que podría ser un varón). Forman parte de la escena un siervo y un caballero, ambos con trajes de época.
Fuente: El Correo Gallego.