Categorías: Alojamiento, Business
Etiquetas: inmobiliarias, joven, pisos
Lo que aquí contaremos es el pan de cada día en Compostela: Chico o chica joven, con pintas de estudiante (o ni siquiera) se acerca a una inmobiliaria, dice lo que busca y se le dan un par de llaves para que vaya a ver un piso.
Este las coge, va a la dirección acordada y abre la puerta: lo que ve es desolador: un piso de mierda en el que no viviría ni una rata (mucho menos quien te ha dado las llaves asegurándote que es un piso muy bueno) es lo que se encuentra… y en muchos de los casos, hasta huele que apesta.