Como no podía ser de otra manera, Santiago de Compostela, una de las ciudades más significativas de la religión cristiana, está repleta de iglesias en las que los fieles podrán rezar.
Esto tiene dos partes buenas para los ciudadanos de a pie, independientemente de sus creencias, que son la cantidad de construcciones antiguas, verdaderamente artísticas muchas de ellas, y dignas de ser visitadas, y la cantidad de turismo que atrae a la ciudad lo que ayuda a impulsar muchos de los negocios compostelanos.