Semana Santa en Santiago de Compostela, más que procesiones
En Semana Santa todos los focos se van a Sevilla y a la espectacularidad de sus procesiones, o las ciudades y pueblos de Castilla, donde la Semana Santa se caracteriza por su sobriedad.
La Semana Santa de Santiago de Compostela no ofrece ni una cosa ni la otra. Sin embargo, sí ofrece una oferta cultural más amplia que va más allá de las procesiones en la calle. Veamos alguna.
Aunque como ya hemos mencionado, las tallas que procesionan no son tan espectaculares como los andaluces, sí hay que remarcar el escenario arquitectónico que la ciudad histórica otorga a la conmemoración de la Pasión de Cristo.
Trece son las hermandades compostelanas que recorren la casco viejo, acompañadas por el sonido hiriente de las cornetas y por el ritmo grave de los tambores.
Además de esto, Santiago de Compostela cuenta con el Festival de Músicas Contemplativas, un programa internacional de conciertos que toma las principales iglesias monumentales de la ciudad para ofrecer un enriquecedor recorrido por la música sacra y espiritual del mundo.
Una oportunidad única para disfrutar del patrimonio religioso disfrutando de música con siglos de historia.
Entre procesión y concierto, bien está degustar lo mejor de la gastronomía gallega, y no me refiero a marisco, carne y grandes platos, sino esa parte de la gastronomía local golosa para picar por las tardes.
Para beber nada mejor que la crema de orujo. Depende de cada bar estará mejor o peor, ya que aunque no es legal, algunos locales sirven cremas caseras que, creedme, suelen estar mejor que las legales.
Para comer nada mejor que un trozo de tarta de Santiago, o una lágrimas de Santiago, unos bombones con almendra.
Otra opción es el queso do país, lo que fuera de Galicia llamamos queso de tetilla, ya que una copa de vino con un trozo de queso con buen pan gallego es toda una delicia.
Santiago para golosos en estos días en los que la tradición dice que no se debe comer carne.
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