Junio, mes que comenzó ayer mismo, es el “mes perdido” en la ciudad compostelana, ya que se halla situado en el calendario entre las dos grandes épocas festivas de la ciudad que son la ascensión, primero, que tuvo lugar el pasado mes de mayo y de la cual os informamos con todo detalle, y las fiestas del Apóstol, que tendrán lugar el próximo mes de julio y de las cuales también tendremos el placer de hablar largo y tendido.

Para los que como yo no somos muy dados a las grandes aglomeraciones de gente, se trata, por así decirlo, de un preciado mes de descanso, en el que podemos pasear tranquilamente por la ciudad sin encontrar multitudes y en el que los sonidos de las bombas o de las atracciones no nos perturbarán lo más mínimo.