Ojo si eres joven: que las inmobiliarias no te vendan la moto
Lo que aquí contaremos es el pan de cada día en Compostela: Chico o chica joven, con pintas de estudiante (o ni siquiera) se acerca a una inmobiliaria, dice lo que busca y se le dan un par de llaves para que vaya a ver un piso.
Este las coge, va a la dirección acordada y abre la puerta: lo que ve es desolador: un piso de mierda en el que no viviría ni una rata (mucho menos quien te ha dado las llaves asegurándote que es un piso muy bueno) es lo que se encuentra… y en muchos de los casos, hasta huele que apesta.
La cosa es la siguiente: saben que los estudiantes no suelen tener una capacidad adquisitiva alta y por eso tienen el morro de ofrecerte lugares totalmente insalubres que debería ser delito incluso enseñar, ya que es una ofensa a la integridad de las personas el hecho de siquiera insinuar que puedan vivir allí.
No dudes en decirles a los encargados de darte las llaves y que te han pintado el piso como el edén, que eres consciente de que te están tomando el pelo y de que va a vivir allí su puñetera madre.
Solo de ese modo lograremos entre todos que se dejen de tonterías y que tengan la decencia al menos de tratar a todos los clientes por igual y de limpiar y adecentar los cuchitriles que, no nos engañemos, nunca ofrecen a un cincuentón que va allí con traje y corbata…
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Foto – Días de aplomo