La última movida anterior a la ley seca destrozó varios escaparates en la zona vieja

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Ya entró en vigor la nueva normativa municipal que prohíbe tajantemente «distribuir o vender» bebidas alcohólicas entre las diez de la noche y las ocho de la mañana.

A la espera de si esta normativa va a servir para combatir el botellón (es decir, si el Ayuntamiento la va a poner en práctica poniendo multas a quienes la incumplan, o va a dejar que duerma el sueño de los dioses como ocurrió hasta ahora con leyes similares), los jóvenes decidieron salir en masa la noche del viernes para vivir la última noche de movida sin prohibición de alcohol.

«Hubo muchísima gente», dicen vecinos del casco histórico. «E hicieron muchísimo ruido sobre todo a partir de las cinco de la mañana», comentan. Así las cosas, ayer apareció rota la luna de un escaparate de la tienda Garabal, en A Calderería. «Me avisaron a las cuatro y media de la mañana. Fue un grupo de cinco jóvenes que bajaban por la calle armándola», comenta Juan De la Fuente, administrador de este negocio. Y no fue éste el único destrozo, pues otras lunas de la zona resultaron dañadas.

Desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana, la edil Marta Álvarez-Santullano indicó que hubo un refuerzo importante de policías. Aún así también debieron dispersar «sendos botellones en A Quintana y Manuel Murguía» y parar una fiesta en un piso.

 
 

MÁS DE MIL EUROS. Juan De la Fuente, administrador de Garabal, señala que el cristal que le rompieron «cuesta 1.200 euros y es el quinto que le destrozan en dos años». «Pero el problema es que esto pasa todas las semanas. Hoy nos tocó a nosotros, otro día le toca a otro, y así estamos siempre».

Fuente: El Correo Gallego.

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