La nueva estación será cincuenta veces más grande que la actual

La nueva estación de ferrocarril de Santiago será el centro de comunicaciones más grande del noroeste, el punto en el que se cruzarán el AVE a Madrid con la alta velocidad del Eje Atlántico. Un macrocomplejo en el que también estará incluida la estación de autobuses de Santiago y tres aparcamientos subterráneos con capacidad para cerca de dos mil vehículos.

Unas instalaciones que deberán dar cabida a unos ocho millones de usuarios cada año, sobre cinco millones de viajeros en tren y otros tres en autobús, y que prestará servicio a una importante área, que no sólo abarcará el sur de la provincia, sino también parte de las de Lugo y Pontevedra, para cuyos residentes será la estación más próxima para acceder al AVE.

Sólo la estación intermodal ocupará una superficie que superará los 25.000 metros cuadrados, es decir, unas cincuenta veces el espacio que ocupa la actual estación de Renfe. En el resto del recinto se mantiene la misma edificabilidad que ya se había acordada en 2006.

El único cambio que se introduce con respecto a aquel primer acuerdo es una disminución de la superficie destinada a uso comercial, y un incremento del suelo residencial. Además, en el primer proyecto estaba previsto situar comercios sobre el propio recinto de la estación, y ahora estas instalaciones se repartirán por el resto de los edificios.

De esta forma, según explicaron el alcalde, Sánchez Bugallo, y la concejala de Urbanismo, Mercedes Rosón, además de la estación, también está prevista la construcción de otros edificios de viviendas, oficinas y bajos comerciales para financiar la infraestructura ferroviaria.

A partir de aquí, será la gestora de infraestructuras de Renfe, Adif, la que se encargue de redactar el Plan Especial de la zona, que será donde se delimiten los espacios que se destinarán a cada uso concreto.

El alcalde destacó que a la hora de planificar el proyecto el gobierno local se planteó dos objetivos; el primero, que la estación se quedase en el mismo sitio en el que está, en lugar de llevársela a las afueras. El segundo fue, que tuviese unas dimensiones suficientes como para cubrir las necesidades de los próximos cuarenta o cincuenta años.

Por ello, reiteró que el debate sobre la actual estación «no puede hipotecar» el futuro de un proyecto de esta importancia.

Fuente: El Correo Gallego.

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