La insignia de la nave capitana de Lepanto decorará la Catedral
El Gallardete de Lepanto -que colgaba en la nave capitana en la histórica batalla-, una pieza de lino de 1,70 metros que conserva pinturas al óleo, decorará junto con otros once tapices de la colección del templo, la nave central hasta el día del Apóstol. La insignia fue entregada por el infante don Juan de Austria, que capitaneó a la flota española en la histórica batalla, como una ofrenda a Santiago en el año 1571, al culminar su peregrinación. Desde entonces forma parte de la colección de colgaduras de la basílica que ahora están volviendo a decorar el templo en ocasiones especiales, como la Semana Santa y el 25 de julio.
Las pinturas de la insignia naval, muy deterioradas «pasan prácticamente inadvertidas para fieles y visitantes», según apuntan desde el Cabildo. Gracias a la colaboración de una institución privada, se acometerá ahora su restauración y se le dotará de «un nuevo sistema de exhibición el museo», donde además habrá una sala dedicada a la colección de artes textiles.
La Comisión de Cultura y Arte de la Catedral ha puesto en marcha este año un plan de «conservación preventiva» de los fondos, con la incorporación de una restauradora al equipo del museo, la instalación de un sistema de control de condiciones ambientales y el seguimiento individualizado del estado de conservación de las piezas.
Este programa de actuaciones, añadido a los «grandes proyectos de gran impacto mediático», como la restauración del Pórtico de la Gloria; la de la colección pictórica, que se llevará a cabo con financiación de la Fundación Caixa Galicia, o la instalación de una nueva «iluminación monumental en el Claustro», permitirán «configurar una Catedral para el siglo XXI».
Junto con el gallardete, en la nave central quedarán colocados mañana dos tapices realizados en el taller bruselense de Jan Räes, a partir de cartones de Rubens en los que se representan escenas de la vida de Aquiles, otras tres obras con diseños de discípulos del propio Rubens con temas mitológicos y dos de las diez colgaduras bordadas que Felipe IV ofreció al Apóstol en 1655.
En las naves del crucero habrá cuatro tapices más, de la Real Fábrica de Santa Bárbara sobre cuadros costumbristas de David Teniers. Parte de estas obras son donaciones de Pedro de Acuña y Malvar, del año 1814.
Fuente: El Correo Gallego.
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