Fracasó la subasta de pisos

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La primera subasta de viviendas, solares y bajos comerciales organizada en Galicia por un grupo de promotores inmobiliarios y que se celebró ayer en el Hotel Meliá Araguaney de Santiago, suscitó gran expectación, pero poco entusiasmo inversor.

Un centenar de personas asistieron a la puja de las 38 viviendas, 13 bajos y 3 solares ubicados en Ribeira, A Pobra, Moaña y Sada y cuyos precios de salida superaban en conjunto los 11,7 millones de euros.

Pero ni uno solo de los asistentes levantó el brazo para pujar por alguna de las propiedades, pese a las suculentas rebajas con las que se ponían en venta y que oscilaban entre el 10 y el 30%. La sesión, organizada por la empresa Subasta Directa a instancias de once promotoras de Ribeira, Logroño, Vilagarcía, A Pobra, Pontevedra, O Carballiño, Ourense, Santiago y Moaña, se despachó en noventa minutos.

La única vez que alguien levantó el brazo no fue para pujar, sino para advertir de un error en la información sobre el número de dormitorios de un piso.

Con puntualidad británica y con un imponente mazo de madera en la mano, el conductor de la subasta iniciaba la sesión ante un público de lo más variado: madres con hijos veinteañeros, empresarios, amas de casa y pocas parejas de recién casados.

Ático con terraza y jardín

A algunos de los asistentes les pareció escasa la información gráfica sobre los pisos.

La puja se abrió con un adosado ubicado en Sada, de cinco dormitorios y a 200 metros del Pazo de Meirás. Su precio de salida era de 385.000 euros, pero ni la sustanciosa rebaja que recortó esta cifra en 35.000 euros logró que nadie alzase el brazo.

A partir de ahí se fueron retirando uno a uno los 46 lotes. A los 20 minutos se habían despachado ya una docena de viviendas y, a la media hora, algunos empezaban a marcharse tras ver pasar su oportunidad.

Ni siquiera el ático de 60 metros con terraza y jardín privado sito en Palmeira se lo quiso quedar nadie por 108.000 euros.

Las rebajas oscilaron entre los 10.000 y los 20.000 euros.

El conductor del evento preguntaba una y otra vez: «¿hay interés en la sala?» La respuesta era siempre la misma: el murmullo general. En el lote 18, el presentador introdujo una nueva coletilla: «no puedo rebajar mucho más». En el lote número 20 aludía ya al «trato familiar de los ribeirenses» como atractivo para colocar una vivienda en la parroquia de Aguiño. A partir de entonces, la pregunta más repetida se tornó en negativa por pasiva. «¿no hay interés en la sala?»

De 1,3 a 1 millón de euros

Con el lote 23 llegó la primera foto de una vivienda. Y fue entonces cuando uno de los asistentes reclamó que se mostrase el plano. El chalé de 214 metros en A Pobra se presentó con una rebaja de 22.000 euros (318.500 euros fue el último precio).

En el tramo final de la subasta se ofertaron los bajos comerciales en Abesadas (Ribeira), con precios de infarto (el más caro, de 680 metros, salió en 1,3 millones de euros) y rebajas que quitaban el hipo (hasta 298.000 euros se redujo en cuestión de segundos el precio de salida del local anterior).

El martillazo final trajo la desolación a las butacas de los promotores. Algunos, no obstante, se muestran esperanzados con la posibilidad de que entre los contactos realizados fructifique en el futuro alguna operación. «Moitos chamarán a partir de agora para falar con máis calma», señalaba el promotor compostelano Julio Rey.

Desde la empresa organizadora, José Urbano Mariño señaló que «asistió más gente de la que esperábamos» y añadió que «ahora tenemos por delante tres o cuatro meses de trabajo para contactar con estas cien personas y con las otras 180 que solicitaron información en la web».

Fuente: El Correo Gallego.

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