El recorte de vuelos hace saltar las alarmas entre los empresarios

El recorte de vuelos que desde hace meses afecta al aeropuerto de Santiago, y que se hará especialmente patente en cuanto entre en vigor la temporada de otoño, el último fin de semana de octubre, ha hecho saltar las alarmas entre los empresarios. La Cámara de Comercio, que lleva años haciendo un seguimiento permanente del aeropuerto santiagués, precisamente por su importancia estratégica para el desarrollo de los negocios implantados en Santiago y su comarca, acaba de poner de manifiesto su «enorme preocupación» por la programación de vuelos que se esboza de cara a la nueva temporada en Lavacolla.

Según denuncia la Cámara, el recorte de vuelos se ceba de forma especial «con los principales destinos que usamos los empresarios», es decir, Madrid y Barcelona. Estos recortes, debidos en parte a la crisis que atraviesa el sector aeronáutico y a los procesos de fusión emprendidos por algunas de las compañías que operan en la terminal compostelana, pueden dificultar la actividad de algunos negocios implantados en la capital gallega que precisan de conexiones rápidas y cómodas con clientes, proveedores o socios de otros puntos de España, conexiones que en su mayor parte se realizan a través de los hubs de Barajas y El Prat. Una menor oferta a estos destinos supone necesariamente menos posibilidades de desplazamiento y precios mayores para los empresarios santiagueses.

A pesar de que la pujanza de las compañías low cost en Lavacolla está detrás del inicio de esos recortes de vuelos, para la Cámara de Comercio resulta claro que la Administración debe «subvencionar los vuelos de bajo coste, porque está demostrado que multiplican el flujo de turistas, que acaban pernoctando en Galicia hasta cinco días».

La demora en la construcción de la nueva terminal también preocupa a la Cámara. «Vamos muy justos, teniendo en cuenta que las previsiones para 2010 son aumentar un 50% la llegada de turistas y peregrinos respecto al Xacobeo de 2004». Consideran que el aeropuerto, cuyas obras tienen un plazo de ejecución de 26 meses y llevan ya nueve de demora, debería estar a punto ya a principios del Año Santo.

Fuente: El Correo Gallego.

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