Drogadictos toman Bando mientras el Aero Club aún negocia con Defensa

Los barracones de Bando están ocupados por marginales, muchos de ellos drogadictos, que se han instalado en las ruinas del antiguo campo de tiro tras años de inactividad. Es una marginalidad que sería bueno canalizar hacia instituciones de servicios sociales, según indican fuentes del Aero Club, en espera de alcanzar un acuerdo con Defensa que permita a la entidad hacerse con los terrenos para construir su nuevo campo de golf.

Miembros de la directiva de la entidad, que han visitado en diversas ocasiones los terrenos que están tratando de adquirir, se han encontrado con la desagradable sorpresa de encontrar allí a personas que viven en la más absoluta marginalidad. «Es un horror», apuntan, y advierten de que puede llegar a convertirse en un problema grave si el terreno se mantiene sin uso durante más tiempo.

En los próximos días los responsables de la entidad deportiva mantendrán en Madrid una reunión con el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, que confían en que sea ya definitiva. De hecho, la intención es convocar una asamblea general de los socios a la vuelta de esta entrevista para que sean ellos los que refrenden un hipotético acuerdo con dos vertientes: el abandono de los terrenos de Lavacolla y la compra de seiscientos mil metros cuadrados de superficie de Bando, del millón de metros que en total constituye la parcela.

Respecto al abandono de los terrenos de Lavacolla, en los que en breve se iniciarían las obras de la nueva terminal aeroportuaria, el Aero Club aspira a conseguir un acuerdo para llevarla a cabo «de forma paulatina». El propio presidente de la entidad, Juan Cuevas, ha dejado claro ya en varias ocasiones que el objetivo es mantener la actividad deportiva y evitar así el despido, aunque fuera solo durante varios meses, de unos «treinta o cuarenta trabajadores».

Traslado paulatino

Para ello, ahora la directiva de la entidad quiere negociar un traslado paulatino, que permita mantener operativos en Lavacolla al menos nueve hoyos -equivalentes a medio campo de golf- mientras no puedan ponerse en uso al menos otros tantos en Bando. El personal que no hiciese falta en el actual campo se derivaría al nuevo a medida que se fuese acondicionando.

Para el año que acaba de empezar, la entidad deportiva cuenta ya con varios torneos comprometidos con patrocinadores, que se llevarían a cabo si es necesario en esos nueve hoyos. «Hasta el año 2002 estuvimos con nueve hoyos» y sin problemas para la celebración de torneos, apuntan desde el Aero Club, por lo que cuando se inicien las obras podría volverse a ese tipo de circuito reducido.

Para que estos planes funcionen es necesario un acuerdo con Defensa y AENA que ampare el abandono paulatino de los terrenos de Lavacolla, aunque en el Aero Club consideran que su salida de la parcela en la que se construirá el nuevo edificio del aeropuerto «no tiene por qué ser un desalojo traumático».

Fuente: El Correo Gallego.

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