Compostela: el casco antiguo más dulce del mundo…
Hay algo casi casi imposible para un santiagués: pasear por la zona vieja y no acabar picando con los olores, o lo que es lo mismo, lograr abstenerse de comprar y comer alguno de los múltiples dulces que se ven por todos los sitios.
Para empezar, las pastelerías del casco antiguo exhalan los aromas más apetecibles del mundo: croissants, palmeras, pan recién hecho, bollos de leche… El olfato al servicio del estómago siempre que uno lleve un par de monedas en el bolsillo.
Sin embargo la cosa no acaba ahí: las tiendas de gominolas, con todo el consiguiente y sugerente colorido en el escaparate, son otro de los obstáculos a esquivar si uno no quiere ganarse unos kilitos paseando, algo que a priori parece imposible, pero que se puede hacer realidad en la capital gallega a base de azúcar y debilidad del transeunte.
Por si esto fuera poco, muchos de los bares sirven tortitas, apetitosas crepes o incluso tartas y otros manjares del mundo de los postres que exhiben a través e las vitrinas haciendo que a más de uno se nos caiga la baba.
Establecimientos específicos de helados, gofres, bombones… son algunas de las demás tentaciones.
Si estás a dieta, trata de no picar… pero si picas disfrútalo… al menos que no haya sido en vano.
Más información – Postres típicos de Santiago de Compostela
Foto – El Cocinicas
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