Al menos el 30% de las habitaciones del CHUS serán de uso individual

Aunque apenas hace una década desde su inauguración, el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) ya tiene que empezar en redefinirse y adaptarse a las nuevas necesidades. De ahí la elaboración de su plan funcional, que con el horizonte puesto en el año 2017, pretende cumplir objetivos como el hecho de hacerlo más humano y accesible, orientado a los requisitos de los pacientes, integrado, innovador, competitivo y flexible.

El plan funcional se presentó en el nuevo aulario del complejo ante la presencia de representantes de la Administración, alcaldes de la zona y de los profesionales sanitarios. En total, el Sergas acometerá una inversión cercana a los 57 millones de euros en obras, sin tener en cuenta ni el equipamiento ni los nuevos aparcamientos.

Uno de los objetivos a cumplir -aún sin plazo, porque las fechas se recogerán en el plan director que debe elaborar este año el Clínico- es que al menos el 30% de las habitaciones de este complejo hospitalario sean individuales, aunque en el caso de las áreas materno infantil este porcentaje se incrementará. Esto implicará además que no haya ninguna habitación con tres camas. Entre los propósitos de los responsables de este centro no está poner el énfasis en el aumento de camas, sino en la mayor actividad, potenciando la cirugía ambulatoria, la de corta estancia, o prestando atención especial a las áreas de críticos.

Los cambios a los que debe enfrentarse el centro hospitalario en los próximos años son producto del envejecimiento de la población; la mayor incidencia de las enfermedades crónicas; las mayores exigencias de la población; el avance de las tecnologías; el mayor peso de los procesos ambulatorios; y la preocupación social por el coste de la sanidad.

Además, el complejo (que engloba a cuatro hospitales -Clínico, Gil Casares, Psiquiátrico de Conxo y Provincial- y a tres centros ambulatorios; cubre las necesidades de 46 concellos y de cerca de 400.000 habitantes; es centro de referencia; y del que depende en determinadas áreas el hospital de Barbanza) debe solucionar problemas como la duplicidad física de algunos servicios o las dificultades para la gestión del proceso.

Acometer todos estos cambios implicará la reforma del hospital de Conxo, del Clínico, la creación de un centro de alta resolución en Lalín y la desaparición del Gil Casares para dar cabida a un nuevo edificio que estará conectado con el hospital Clínico. La inversión de los casi 57 millones en estas obras supondrán crear una nueva superficie de más de 50.000 metros cuadrados, la mayoría de ellos en el que será el nuevo hospital Gil Casares.

Fuente: La Voz de Galicia.

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