Muere calcinada al incendiarse su piso en el centro de Santiago

María Dolores Germade, una mujer de 85 años, falleció calcinada por el incendio que se declaró en el salón de la casa en la que vivía sola y de alquiler. Los bomberos de Santiago informan que recibieron una llamada de socorro a las 00.07 minutos de la noche del martes. Unos jóvenes que salían de un local de copas de esta zona vieron las llamas y fueron los primeros en dar la voz de alarma, si bien inmediatamente después «recibimos una cascada de llamadas de los residentes».

Todos estos avisos, sin embargo, vinieron tarde porque «al llegar, las llamas que salían por la ventana eran enormes», dicen los bomberos. «Calculamos que el fuego debió de comenzar media hora antes».

Una parte de este equipo de bomberos luchó contra la deflagración desde la ventana de la vivienda, ubicada en el segundo piso del número 23 de Alfredo Brañas. Otro grupo de profesionales se adentró por el interior del edificio: «No tuvimos que forzar la puerta, el fuego ya la había destruido», comentan.

Estos últimos «fuimos apagando las llamas hasta que encontramos a la señora en la sala. Estaba en el suelo, con una postura como si estuviera incorporándose. Pensamos que debió de estar sentada en el sillón y que quiso levantarse para ir hacia la ventana, aunque esto es sólo una suposición nuestra».

Los servicios de Urxencias Sanitarias de Galicia también se desplazaron al lugar, al igual que un médico del PAC, pero no pudieron hacer nada. «La mujer ya estaba muerta, calcinada», corroboran los testigos. Una forense fue la que, finalmente, hizo el levantamiento del cadáver. El cuerpo de María Dolores fue conducido hasta el hospital de Conxo para que le sea practicada la autopsia.

¿Qué lo produjo?

Las causas que provocaron este incendio no se conocen todavía. La Policía Científica estuvo ayer investigando y recogiendo pruebas en el edificio. Se cree, sin embargo, que dos estufas pueden tener algo que ver en este suceso.

María Dolores no tenía calefacción central en la vivienda, así que para protegerse del frío utilizaba dos estufas. Una de ellas era una catalítica de butano, y otra era de parafina. «Éste pudo ser el origen del fuego», dicen algunas voces. Un vecino también comentó que había escuchado dos «estallidos» antes de que el edificio oliese a humo.

Fuente: El Correo Gallego.

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