«La gente de Santiago viste bien»

Si Carrie Bradshaw entrase por el número 2 de Santo Domingo de la Calzada, se volvería loca. En las perchas de esta exclusiva boutique cuelga lo más granado del diseño italiano: Armani, Versace, MaxMara, Moschino, John Galliano, Roberto Cavalli y otras muchas marcas provenientes de la meca de la alta costura.

Al frente de la boutique lleva desde hace unos 30 años Cyra Calvo, que desde bien pequeña se vio atraída por el mundo de la moda y los complementos. Ella era de las que devoraba las revistas de su madre e incluso jugaba «a ponerle modelitos» a sus muñecas, recuerda entre risas. Su hija, después de vivir desde su primera papilla rodeada del lujo de la moda, también se metió de lleno en el mundo fashionista. «Vendiendo lleva solo unos 3 años, pero ha venido de compras con nosotros desde siempre», asegura su madre. Ella ha tocado con sus propias manos los modelos más exclusivos venidos de Milán o Barcelona. Solo hizo un parón cuando se fue a estudiar fuera de casa, y al regresar, la hizo caso a la llamada de la moda.

Sin embargo, cuando tuvo que escoger carrera, Sandra Meijide se decantó por la fisioterapia, y actualmente, además de trabajar en la exclusiva boutique Hugo Boss de Compostela, tiene su propia clínica de fisioterapia y fisioestética, Saf, ubicada en Santa Marta.

Si en Cyra las clientes pueden encontrarse con lo mejor de la moda italiana, los complementos pueden adquirirse en Farrutx. Cyra Calvo regenta también esta zapatería, que además de botas y botines de los mejores materiales trabaja con bolsos, carteras y cinturones. Para hombre y mujer. Uno puede salir hecho un pincel y con las últimas tendencias en moda sin abandonar los dominios de Cyra. Y todo, sin dejarse el sueldo de todo un año. «Son precios muy asequibles. Por ejemplo, unos jeans de Dolce &Gabanna cuestan 189 euros y una chaqueta de la misma firma alrededor de 400». Hay quien se asusta de estos precios al compararlos con las boutiques de prêt à porter. «Tienen su puesto en el mercado, dan muchos trabajos y sí son mucho más baratas, pero es otro diseño y otra calidad».

Tres décadas en el mundillo dan para haber visto mucho, y por eso Cyra Calvo asegura que la moda ha cambiado y ha cambiado para bien. «Antes si se llevaba falda solo había falda. Si era pantalón pues solo pantalón», comenta. Ahora, hay donde elegir, los materiales han mejorado y la paleta de colores es infinitamente mayor. Al entrar en una tienda, hay que escoger entre pantalones rectos, anchos, pitillo, capri e incluso bootcut. Y eso también ha hecho que los clientes se vuelvan más exigentes.

Aunque se dice que muchas veces en las ciudades pequeñas como Compostela las tendencias entran con calzador, para esta experta fashionista «la gente de Santiago viste bien». Eso sí, muchas veces las propuestas de la pasarela tardan en convertirse en tendencia en la calle. «A veces les cuestan las combinaciones nuevas, pero viste bien», sentencia Cyra.

Fuente: La Voz de Galicia.

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